Dressed for success.

Atrás quedaron los tiempos en los que podía realmente preocuparme no ir “a la moda”. Sin embargo, la semana pasada, pillé un par de desfiles de la Cibeles entre un bar y Youtube. No, no fue un "shock"...Ni si quiera una sorpresa en mayúsculas...pero digamos que , como poco, me resultó anacrónico el que ambos acabasen, como siempre, con los sempiternos vestidos de novia, aunque esta vez sin velo…

 Con o sin éste, da mucho que pensar- pensé. Y pienso que igual alguno de Uds. Piensa lo mismo...

 Para nada me interesa restar importancia al matrimonio: Ni al vínculo, ni a la institución, ni a la ceremonia; y como aficionado a la celebración que soy, mucho menos me interesa restársela a la fiesta. Pero por aquello de que lo mejor se guarda para el final, quisiera creer que hoy los desfiles pudieran también "culminar" con un par de vestidos de esos que llevan las mujeres, en las tantas otras ocasiones de realización personal que la vida les presenta. Aun después de tantas décadas de anti machismo y a juzgar por este par, parece sin embargo, que todos los roles que se ha logrado reivindicar como auténticamente “femeninos” siguen siendo menos importantes que el de esposa: el femenino y glamoroso “máximo aspiracional”.

 Retorciendo un poco mas la tuerca de los "su-realities", la televisión ha conseguido sublimar hasta el ridículo, el ajuar y el precio del "si quiero". Y desde entonces, un domingo cualquiera, puede convertirse en una maratonica y rocambolesca sesión de auto denominada "televisión femenina" sobre lo que debe ser, cómo debe lucir y cuánto puede costar “el nupcial momento”: Hardcore Divinity!

 No es que sea un día "equis" y tengamos que ir en "chandal" porque sí, tampoco que la imagen de la novia “entulada” sea ofensiva o merezca ser desterrada de todas las pasarelas o de la vida social. Pero un vestido de novia vale unas 20 veces lo que un vestido “cóctel” que llega a usarse 20 veces más...Un traje de bombero vale unos 600€ y sobre los 3000€ uno “de luces” de buena calidad. Y aunque tras el matrimonio también podemos quedar "quemados" y "cornudos", parece desmesurado pagar 5000€ de media por un traje que, como mucho, debe permitir caminar, bailar y “hacer bonito”.

 Bonita, pienso yo, se ve mi madre en sus fotos de graduación! Y ella misma dice que cuando se casó, cuando compró su primera casa, o cuando me parió, no estuvo más feliz que cuando desfiló, titulo en mano, con toga y birrete. El que por debajo llevase un vestido mucho más barato, corto y bastante menos blanco que el del día de su boda, es un detallito que le gusta resaltar. De esta anécdota siempre deduje que el atuendo de princesa y la plenitud femenina o la realización personal, pueden mas no tienen, que ir necesariamente de la mano. Pero claro, esto es sólo ella, o solo yo...Y aunque ninguno de los dos podamos pagar ninguno de sus vestidos, por aludidos, dirijo estas preguntas a los grandes diseñadores... (Ya los que les suelen comprar)

 ¿no sería lógico pensar, aunque fuere por mera estadística, que apenas puede ser representativo de nadie un traje que luce en una única ocasión? (a lo sumo ocho si se es Elizabeth Taylor)

 ¿no cabría esperar que al menos un grupo de diseñador@s, llámense ultra-vanguardistas, feministas, radicales, o como les de la real gana de auto nominarse, dejara de abonar la idea de la supremacía del rol de virgen/esposa entre los posibles femeninos?

 ¿es que acaso los momentos/logros "no nupciales" son menos femeninos o importantes?¿o es que interesa menos (es menos rentable) traducirlos a disfraz?

 ¿No son principalmente las mujeres las que deciden cuán rentable debe seguir siendo esta industria?

 ¿Si los matrimonios se producen, duran, y se disfrutan cada vez menos, no sería sensato que se invirtiese proporcionalmente menos (monetaria y emocionalmente) en la producción de todo el imaginario que lo acompaña?

 ¿Es normal que sigamos queriendo casarnos como/con príncipes y princesas aunque seamos republicanos?

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