Je t'aime




Lo vio el primer día y pensó que era mono... y enorme... y poco más. Lo detalló en su primera #noche como #camarera en aquel sitio y luego no reparó de nuevo en ėl jamás. Era tan obvio y escandaloso; tan grande, tan bobo y tan cursi... estaba tan siempre ahí, que dejó de verlo. Olvidó mirarlo, leerlo o escucharlo. Hasta hoy. Esta noche, mientras limpiaba antes de cerrar, lo vio de pronto, reflejado en un reguero de vino sobre la mesa 6. Nadando en el #rojoincandescente, la "J" blanca, mayúscula y cursiva. La "e" minúscula, junto a la "t" y su apóstrofe, se proyectaba sobre lo que quedaba de un cubata y los hielos derretidos dentro de una copa de balón. Al resto de las #letras las hayó, cada una por su parte, colgadas de los destellos que devolvía cada trasto reluciente en el local. Levantó la mirada para encontrarlo, repetido y fragmentado, sobre los cristales de la vitrina y el botellero; sobre las pantallas de las lámparas colgantes, sobre los respaldos y los asientos de piel; sobre la barra reluciente y los cuadros a oscuras; sobre algunas porciones del suelo y por supuesto, sobre los espejos. Miró hacia el #escaparate y logró verse a sí misma reflejada al fondo: una mera #silueta negra que se recortaba sobre el mural retroiluminado y cien veces multiplicado. Una #muchacha delgada y ligeramente encorvada flotando en un mar de " #Jet'aime "'s. Los leyó, uno a uno, hasta que se cansó. Sabía que el mundo no le estaba gritando "te amo" sin cesar, que era su propia voz mental quien se lo repetía y esto tampoco le pareció del todo mal. Justo antes de salir y mientras se calaba la bufanda y el gorro sobre el abrigo, se miró al espejo de la entrada y se dijo... "es que así es, mi estimada: "Je t'aime"¡... si no yo, quién?

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