Sinestesia Dominical

(..o de los adjetivos promiscuos y los sentidos traicionados) 



Aquí te hacen unos tatuajes picantísimos, o al menos, tan condimentados como el curry del local de al lado. Bien saben los dueños que sus dibujitos acaban tan re-lamidos como vistos y que hay escozores, temperaturas y sabores que de tan intensos se pueden ver, incluso, de lejos. 

No hace falta ser sinésteta. 

Todos hemos visto cosas que sin llegar a tocarlas nos dejan helados. Orejas, tacto, lengua, vista y nariz se prestan entre si adjetivos que les serían biológicamente y a cada uno exclusivos, tan solo para contarle al mundo sus impresiones en "voz alta". 

¿Cuánto medirá la voz que llamamos así? ¿no sería genial (o terrorífico) que aparte de oírlas  pudiésemos ver flotar, desde las bocas abiertas de los críos y sobre el fondo negro de la noche, sus agudísimas "voces blancas"? ¿o que en invierno, con apenas vestirnos de colores "cálidos" bastara para repeler al frío? ¿no es acaso bonita esta promiscuidad de estímulos meramente retórica que da permiso a los colores a ponerle los cuernos a los ojos, nomás para irse de parranda a nombrar sonidos? ¿no hacemos luego con los adjetivos sonoros exactamente lo mismo? ¿es acaso muy desproporcionado plantearse una venganza poética ante una traición venial, meramente gramatical y fisicamente imposible. 

¿Alguien alguna vez oyó lo que desesperado grita siempre el fulano "verde chillón"? Yo no, pero me dicen que hablaba de la poesía latente en el más cotidiano de los lenguajes y en las frases más comunes. 
Repaso frases hechas olisqueando sinestesias. Es un pasatiempo suficientemente barato, inocuo y aburrido como para considerarlo familiar y perfecto para el domingo.  Nadie debe ofenderse si los niños prefieren la video consola o cualquier juguete.

Micaela tiene un caracol a pilas al que se le encienden los cuernitos de rojo mientras rueda y canta. Parece gustarle. Lo persigue y lo muerde. Ella seguramente sabe a estas alturas a lo que sabe y suena esa luz.  Si supiera también hablar nos lo diría. Lo mas probable, sin embargo, es que cuando aprenda a hacerlo haya perdido con anterioridad su capacidad sinestésica y que todo el asunto quede en asociaciones más o menos razonables y metáforas. No es tampoco nada terrible. Entonces podrá repasar frases hechas conmigo.

Me apunto algunas más:
Ruido blanco
Voz de terciopelo
Canción pegajosa
Acid jazz 
y...y...

A qué sabrán las ideas que tenemos en la punta de la lengua? Me apuesto algo gordo a que agri-dulce. Dulce la anticipación de la ocurrencia, agrio no llegarla a formular. Definitivamente agri-dulce. A los catalanes les saben "grave" los "números rojos". No es que sean tacaños, es que son sinestésicos perdidos. A mi me saben más bien "agudos". Es que a mi me suenan a "marrón"...

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