"Para los tiempos que corren"




"Para los tiempos que corren"... piénselo... es una imagen bonita! Son varios y ahí van! Nadie sabe cuántos son exactamente o si compiten entre ellos. Da miedo pensar en que nos adelanten demasiado, o peor, en que lleguen por fin a su meta. Yo veo unos relojes de Dalí erguidos y ágiles en vez de lánguidos y derretidos. Cambiaríamos, claro, aquello de “la persistencia de la memoria” por un “recuerdos en fuga” o qué sé yo!


Son varios y ahí van. Melena al viento y en pantalón corto. ¿Querrán adelgazar? Seguramente están en plena “Operación Bikini”. Para el tiempo de verano hay que preparase con tiempo.

"El tiempo vuela"... a mí éste me resulta menos bonito. No lo veo. No sé si pasa demasiado rápido, detrás de una nube, o tan alto que no lo llego pillar. Asumimos que va más rápido que los que corren, pero igual es que vuela en círculos, lento como un zepelín o planea justo antes de aterrizar. ¿De donde (o cuándo) despegó el tiempo que vuela? El que le enseñó a volar podría haberle enseñado también a bailar, a nadar o saltar a la pata coja.

El tiempo pasa, se estira, se gasta, se para y se acaba, pero justo antes se nos echa encima. Y cómo pesa el condenado! El tiempo muerto se arrastra, aunque esté muerto. ¿Quién lo mató? Aquel, con el librito de sudokus manido me resulta tremendamente sospechoso. Lleva el arma del crimen encima, a la vista de todos. 

Me pregunto, si en tiempo de lluvias, un paraguas sería un buen contra-tiempo. Las nubes son como los dígitos de un reloj meteorológico. Cuando se acercan a un rascacielos de cristal, se miran, se asustan y se pixelan.

Hay quien sale a correr un disco entero, el que se duerme en tres páginas y el que sabe que el autobús suele llegar en dos cigarrillos. Las lunas, un gobierno, un piti, un libro o una canción son lo que son, y aparte también, unidades de tiempo.

Los “buenos tiempos” suelen ser siempre “los viejos”. No estoy de acuerdo. Los mismos que compartió mí abuela con un señor llamado Antaño. Hoy me enteré de que María Castaña era gallega, de Lugo y de armas tomar! Tuvo el detalle, sin embargo, de cederle la fama a su tiempo...

Sólo del tiempo puede decirse, a la vez, que es infinito y escaso.

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