Los Turistas Retro-Distópicos




Llevaban los cuerpos, la apariencia y la ropa de la gente de aquí y ahora, sólo que ella había "viajado" como hijo y su alumna, como madre. El hombre de al lado, en esta dimensión, era efectivamente el padre, pero no venía como ellas, desde el futuro ni sabía por tanto escuchar los pensamientos, si no tan sólo lo que se decía. Aquellas, por eso, podían hablar y pensar cosas distintas, mientras mantenían diálogos paralelos, dichos y telepáticos, sin temor a levantar sospechas. 
¿Que qué hacían todos aquellos nadando tras el cristal? Pues que en el 130 antes del Gran Reinicio de Conciencia Universal aún se clasificaba la vida... Los que por aquel entonces se entendían sólo entre ellos, se llamaban a sí mismos humanos. Al resto, les llamaban animales o vegetales, según tuviesen ojos o no y a éstos se les podía mantener en cautiverio para mirarlos y tal. ¿Que si aquello no era inmoral? Que no, porque el humano entonces entendía poquísimo del dolor ajeno y también, porque en aquella época, la ignorancia solía disculpar y explicarlo todo. ¿Que quién montaba estos chiringuitos? Pues que, en este caso, un banco. ¿Que un qué? ¡Que un banco!!! Que si estaba sorda. Que antes del GRCU, los humanos guardaban ahí algo que llamaban "denerio" o "dinero" (había teorías divergentes) a cambio de que se lo quitasen poco a poco. 
La madre-alumna lo intentaba, pero no lo podía entender. La tutor-hijo continuó —Parece ser que era... Que con el fulano dinero se obtenían cosas. Era como el sufrimiento de nuestra era, ¿sabes? Como el "pain-coin" con el que nosotros conseguimos todo lo que no es realmente necesario, sólo que antes del GRCU valía para eso y para casi todo... Estas pobres gentes no tenían unidades de sufrimiento ni lo podían contabilizar ni por lo tanto canjear directamente. 
La alumna encarnada en madre a tiempo completo sintió, de pronto, que la pregunta era impostergable —¿Y para qué servía entonces sufrir? 
—Para casi nada y para todo— le respondió el niño sabiondo inmediatamente —pues para algunos, obtener ese fulano dinero comportaba eso: un auténtico drama. 
—Qué rebuscados, ¿no? 
—Sí... —admitió sin complejos la doctora en Biopología Antigua con cara de crío— Pero no tanto. Tampoco demasiado. No nos flipemos. Nosotros apenas nos hemos saltado un paso. El del dinero. Recuerda además que lo del valor del sufrimiento, en lugar del valor del trabajo, surgió inicialmente sólo por los robots. Como estrategia para "sacarlos del juego"…. El trabajo, acabaron haciéndolo ellos casi todo, pero nunca han podido padecer... Antes del GRCU había más bien pocos y no constituían un problema, pero imagínate eso en nuestro mundo… Si siguiésemos pagando o atribuyendo valor al trabajo ¡los robots lo acapararían todo!

—Ya, pero… —la estudiante no lo veía tan claro — ¿Porqué, en vez del sufrimiento, no se escogió asignar valor a la capacidad de ser o hacer feliz? 
—Sabía que me saldrías con esa — La profesora la estaba esperando con aquella respuesta casi preparada —Porque los robots nos hicieron "felices" muy pronto. Eso no los sacaba del juego. Debo recordarte que tan pronto se refutó la Teoría sobre la Felicidad Duradera, ésta se hizo indistinguible del placer y claro... ¿Cuánto de este no nos han dado los robots? 
—¡Ya, ya! —eso, hasta ella, que cursaba 5to de Inteligencia Re-Naturalizada, lo tenía que admitir— lo suyo¡ 
—¿lo suyo???! —le atajó al instante la profesora antes de ceder a la indignación — decir “lo suyo”, incluso para alguno de los de aquí, sería mezquino... Míralos si no cómo van de felices enganchados todos a sus maquinitas. ¿No te dan casi ternura?
—Sí, un poco... ternura mezclada con pena, a decir verdad...
—Y es que lo de la felicidad así en primera persona —la oportunidad para explayarse en explicaciones se le antojó irrepetible — proponía también otros inconvenientes. Casi nadie, a excepción de un padre, está dispuesto a dar o hacer nada para que nadie (a excepción de sus hijos) sea feliz "en su lugar"… Y eso es así en nuestra era y ha sido así siempre. La felicidad es autárquica e intransferible y por eso no tiene valor de cambio... 
—pero yo pensaba — añadió la alumna tirando de hemeroteca —que los yacimientos arqueológicos Google-Cloud II y IV habían arrojado evidencia contradictoria en este sentido. Creo recordar que hablaban de mas de 10 mil terallones de archivos de respuestas empáticas a un número también altísimo de manifestaciones públicas de dicha o felicidad individual… ¿Cómo se llegó luego a tales conclusiones después del análisis de semejante fenómeno? Si mal no recuerdo, me parece que la publicación de esos estudios fue precisamente lo que desencadenó la Gran Ola de Nostalgia Pre-GRCU y la posterior Resistencia... A nivel de conciencia universal esto fue entendido más bien como una prueba irrefutable de la existencia de la felicidad antes del GRCU... muy en contra de lo que nos habían contado.... 

—Exacto —concedió la profesora — pero solo a nivel de “conciencia universal” … El sensacionalismo y la pos verdad ya más nunca pudieron ser “fenómenos” … y adquirieron muy pronto estatus de ley física… Esto incluso antes de la extinción definitiva de la información y del conocimiento a favor de la opinión y la “experiencia”… No se si te suena por dónde vengo… Todo va de la mano y esto fue lo que desató definitivamente todo lo que nos llevó al GRCU… Pero retomando el asunto, a nivel bipológico, si alguna función ha tenido las que dieron en llamar “redes sociales” en su momento, fue la de probar que la felicidad no se contagia cómo antes se pensaba… Si bien es cierto que las “publicaciones dichosas” generaban respuestas “positivas” a nivel público, luego se comprobó que también generaban y de manera no tan residual o privada sospecha, frustración comparativa, ansiedad o envidia. Esas publicaciones “felices” no es que resultaran indiferentes, sino que se probaron incapaces de generar la misma emoción que buscaban “comunicar”.

—Bufff… pero la felicidad, para mi

— La felicidad es, además— la tutora no tenía intención de parar —poco empática e irreflexiva. Es “tonta”, poco creativa o productiva comparada con el dolor… Y este, por tanto, sí que adquirió un valor “valor”. El dolor te empuja a ingeniarte lo que sea para dejarlo atrás. La felicidad tampoco es autónoma. Es imposible o irreconocible, si no se ha conocido antes la pena… Y guarda una relación parecida con la inteligencia… El dolor genera colateralmente inteligencia, la felicidad no. Aunque la inteligencia pueda generar colateralmente felicidad…
—Eso, vale, pero —había cosas que la muchacha no iba a aceptar, así como así — ¿Poco productiva? ¿La felicidad? ¿En serio lo dices? ¿Dónde queda todo lo que hacemos en búsqueda de la felicidad? 
—Así se entendía antes —admitió la doctora para darle a la muchacha una alegría a medias, aunque enseguida arremetió — pero ¡mira que eres antigua! Por eso te he traído aquí. Piénsalo bien, ¡anda! ¿Dirías que lo hacemos por la felicidad o más bien por evitar el dolor? ¿En realidad crees que lo que buscamos es amor o por el contrario solo intentamos olvidar la soledad? Perseguimos el prestigio o la belleza por creer que nos hará felices, pero en realidad sólo estamos intentando evadir el dolor que produce el rechazo...Esto ya fue establecido por el gran Estrada en el 26. ¿Lo recuerdas? 
—No, — dijo queriendo sonar más avergonzada de lo que en realidad se sentía —la verdad es que no. Recuerdo que lo dimos en clase, pero... 
—pero tienes que repasar — Le contestó la experta restando importancia a la terrible omisión — … y ¡hala!¡Ya está! Creo que es hora de que vayamos volviendo a nuestra era que en casa te deben estar esperan... 
—No sé yo si quiero volver... — la alumna se lamentó casi en ruegos —el nuestro me resulta un tiempo perverso... ¿En qué clase de sociedad abominable nos hemos convertido? ¿Una cultura que tiene el sufrimiento como moneda?¡¡¡¡ Es que no me suena nada a "progreso"... ¿Tantos siglos de historia, de descubrimientos y revolución para esto? ¿Tanto GRCU para acabar así? ¿Valorando únicamente el dolor? 
—Compensándolo querrás decir. ¡Compensándolo! Yo no lo veo tan terrible… Lo encuentro justo y lógico. ¿Qué querías? Si con el GRCU se erradicó enteramente la titularidad privada y los derechos sobre todo lo que podía constituir un bien social. La salud, la vivienda, la educación y la alimentación, pero también las artes la música y la literatura, lo cual engloba los espectáculos, los deportes y el entretenimiento, todos pasaron a ser gratuitos y su disfrute un derecho... ¡Y aun por encima te quejarás!... Se siguen valorando, pero no tienen "valor"... o al menos no el mismo o como se entendía por aquellos o más bien, estos tiempos... 
—hmmm... —la chavala se atrevió de nuevo a dudar, aunque siempre con humildad — ¡No lo sé, la verdad! Tengo que darle una vuelta a eso... No sé si me lo creo. 
—¡Desengáñate, querida! —le animó la profesora permitiéndose por primera vez en toda la tarde el contacto físico en forma de palmadita en la espalda — el sufrimiento siempre ha existido y existirá, es lo que nos hace lo que en esta época llamaban "humanos". Es de agradecer que ahora tenga valor y se compense. Antes sólo lo tenia el que se traducía en un bien o una comodidad para otros... 
—ya, pero — La muchacha nunca había destacado por ser particularmente brillante, pero si en cambio, tremendamente exhaustiva y tozuda a un nivel exasperante — más allá de eso... ¿El fin último, aunque utópico, de toda ciencia, de toda la política, de la ética y la filosofía, no debería ser precisamente la erradicación del padecimiento? 
—¡Oi, oi, oi¡ - La erudición no le impedía a la tutora el ánimo socarrón - ¡Vaya términos más obsoletos que me usas!..."Ciencia", "Política¡" ja¡ Eres definitivamemte un alma vieja...Ya ni los.....Ya ni los pan-sociócratas los emplean.... Incluso la tecnosofia quedó obsoleta hace ¿qué? ¿Dos? ¿Tres siglos?. Por no hablar de la ética... Son tantas... El asunto se atomizó tanto que se hizo imposible hablar de aquello como conjunto o bajo un único nombre. 
- ya... es que me meto de lleno en mi personaje...
En eso, el padre, que habia estado todo aquel rato descosiendo todos los hilos no leídos del whatsapp sin percatarse ni remotamente de que su mujer y su hijo estaban siendo nodrizas temporales de un par de turistas retrodistópicos, de pronto que se percata de la hora que es y les suelta... 
—Bueno, bueno¡ Jolines... Si es que a lo tonto llevamos aquí la tira... ¿Que no habéis visto ya suficientes pececitos por hoy? ¡Venga, va! Los dos¡ En marcha¡ Tirando pa´ casa que papá tiene mucho que hacer....
Y la alumna que responde en su muy bien documentado papel de mujer abnegada...— Si, cariño, lo que tú digas...
Y la carcajada telepática que comparte con la profesora que resuena estruendosa y sardónica a través del universo cuántico y el tiempo circular con toda su carga hipermilenaria de pena, sorna y un poco de ternura, a decir verdad, hacia el hombre primitivo....
Y la doctora que entre risas logra articular un apenas inteligible "así es hoy y así ha sido siempre" antes de volverse a tronchar.... —para ya, tu! — le ruega a su alumna predilecta con cara de mamá — que estas lágrimas de risa no valen un duro...
—es que no puedo, profe… ¡Me parto! “!cosas que hacer en casa, dice, el tío¡ jajaja....
—¿y tu? ¿Y tú?...—secándose con el dorso de la mano el rabillo del ojo —" li qui diguis, quiriñi"... jajajaja....!Mira que eres cabrita!!!! jajaja
— Así es. Una cabrita con alma vieja... ¡jajaja¡

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